Los datos personales son el verdadero petróleo de la sociedad del dato

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publicado el 15 enero 2014

Categorías: Derechos Fundamentales / Open Data / Privacidad / Protección de Datos

Sobre ya la famosa y manida frase reiterada por (Viviane Reding) Neelie Kroes: los datos son el nuevo petróleo de la economía, apostillando por mi parte de la sociedad del dato, me ha encantado un comentario que realizó ayer en el encuentro anual Aporta (no acudí pero seguí atentamente por las redes lo que se comentaba, una pena no haber podido saludar insitu a la «comundiad del dato»), que organiza la Entidad Pública Empresarial Red.es en torno a la reutilización de la información pública Jose Luis Marín, responsable de Euroalert y creo que una de las personas que sabe más de la práctica de esto que llamamos OpenData:

Y creo que demuestra muy claramente la situación en la que se encuentra el tema del opendata y se contrapone a una situación que establece claramente cual es el verdadero carburante de nuestra época: rico, potente, abundante y que no requiere una gran complejidad para su «extracción», de hecho se obtiene en gran cantidad y de forma muy sencilla. Este nuevo carburante real son los datos personales.  ¿para qué vamos a «ensuciarnos» solicitando datos a la administración, pegándonos con la burocracia administrativa, diciendo mil veces que los datos no son de las administraciones sino de la sociedad en general? ¿no es más sencillo generar una aplicación sencilla (incluso tonta diría yo) como las que se generan día a día en internet para que los usuarios nos den fácilmente sus datos con los que podremos «comerciar» casi impunemente?

No hay día que no surgan aplicaciones como la de comprobar tu edad según lo que twitteas, publicar fotos en redes sociales o cualquier juego sencillo y fácil que sólo requiere un email; y un larguísimo etcétera. El consentimiento no es ni mucho menos el escudo que pretende cubrirnos de esa extracción de datos, por el contrario, resulta mucho más sencillo obtener estos consentimientos, que obtener otro tipo de datos públicos, que como comprobamos, no están generando tanta riqueza como de ellos se espera.

Quiero ser optimista y entiendo que aunque nos parezca que el opendata lleva mucho tiempo, se repiten las frases, los dichos, los eventos y quizá se haya pasado «la moda» de las administraciones de tener un portal, todavía estamos en un momento incipiente y, a mi juicio, se trata de una larga carrera, afianzar lo que se ha realizado hasta ahora y seguir trabajando, una vez lanzada la bola es imparable.

Asimismo en cuanto a los datos personales, como verdadero motor de la economía digital que están siendo en la actualidad es hora de dejar claras las reglas de juego, no más dilaciones en cuanto a su regulación europea, o a caso, un consenso global para tener unas normas claras y consensuadas que no deje a los ciudadanos simplemente en manos de las grandes de Internet o de los gobiernos sin escrúpulos.