El Sistema ADAMS

por

publicado el 9 febrero 2008

Categorías: General / Off topic / Protección de Datos

Eres un trabajador, cada día sales a ganarte el pan pero para ello tienes que introducir anteriormente todos tus datos de localización, números de teléfono, direcciones de familiares, viajes previstos durante los próximos 3 meses; en una base de datos on-line, además, en caso de que suceda algún imprevisto, puedes incluso enviar un SMS para indicar tu nueva posición. ¿Qué diría la Agencia Española de Protección de Datos ante este tratamiento de datos de carácter personal?.

No nos tenemos que inventar nada, ni pensar que el sistema es futurista, o que este «Gran Hermano» no se hará realidad. Hay un colectivo que ya lo sufre día a día, ¿quienes? Como no, los deportistas, en este caso los ciclistas. La UCI ha implantado el sistema desarrollado por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA-AMA) denominado sistema ADAMS (Anti-Doping Administration & Management System). Este sistema gestionado por la AMA es una base de datos mundial en la que los corredores deberán incluir junto a su lugar habitual de residencia, localidad, piso, teléfonos, su plan de vida diario, los lugares por los que entrena, los cambios de residencia, los viajes o cualquier tema familiar, por un periodo de tres meses. Todo ello enmarcado en la batalla contra el dopaje. Volvemos a la misma pregunta de siempre ¿A base de perder nuestra privacidad mejorará la seguridad/control/dopaje (llámese como se quiera)?, ¿Merece la pena perder a marchas forzadas tantos aspectos de nuestra privacidad en aras a la seguridad, al deporte limpio, a una sociedad «mejor» y más controlada?. Está claro que el dopaje es malo, porque perjudica seriamente la salud del deportista y mancha la imagen idílica del deporte, del éxito basado en el entrenamiento, en la constancia , en las ansias de mejora.

¿Por qué no controlar a los trabajadores para saber que hacen en sus ratos libres? Quizá de esta forma las empresas podrán ser más rentables si pueden llegar a corregir los «malos hábitos» de sus trabajadores. Demagogia, quizá sí… pero sigo pensando que a la misma velocidad que se van implantando sistemas para llevar un control férreo de la vida, se pierde nuestra privacidad, nuestra intimidad, nuestra libertad.