Google: balones fuera

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publicado el 25 marzo 2009

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Reflexiona, blanco sobre negro, la Defensora del Lector de El País sobre las repercusiones que en el ámbito de la intimidad y en el del derecho a la imagen tienen las informaciones publicadas en medios digitales cuando son enlazadas o indexadas por buscadores como Google.

Dejando aparte la veracidad o el grado de exactitud de las noticias publicadas que, en todo caso, pueden ser objeto material para el ejercicio del derecho de rectificación por parte del interesado-afectado, y, también los códigos deontológicos internos de los medios (¿existen?), lo relevante es que la noticia publicada está protegida por la libertad general de expresión y de opinión por encima del derecho particular a la imagen o a la protección de datos.

El problema se plantea cuando la información se obtiene o se puede obtener a partir de las consultas que cualquiera de nosotros podemos realizar usando los buscadores habituales de información.

Un buscador (Google) efectúa tratamientos de datos personales a partir de la información que indexa de otras páginas web (diario digital) ofreciéndolos al usuario de manera mecánica o automatizada. Ese tratamiento es materia regulada por la LOPD con las correlativas facultades para el titular de los datos y posible afectado.

Cuando alguien se dirige a Google, que es quien realiza la indexación y el tratamiento de los datos, para ejercer el derecho de cancelación la respuesta (cuando responde) suele ser invariablemete la misma: Google se limita a facilitar los datos de otras páginas, diríjase al correspondiente webmaster para cancelar allí sus datos.

La AEPD viene reiteradamente (ejemplo1, ejemplo2, ejemplo3) tutelando los derechos de los afectados en el sentido de obligar a Google a no indexar los datos independientemente de la fuente donde estos se encuentren. El contenido de una noticia no se puede eliminar pero si su indexación. Y el responsable de la indexación es Google.

Google se debe plantear dedicar un mínimo porcentaje de sus cuantiosos ingresos en la implantación de un sistema de relaciones con sus usuarios que permita a estos de manera rápida y efectiva ejercer los derechos que les otorga la legislación española y no obligarles a tener que perder su tiempo  y sus energías en tutelas administrativas.

O eso, o inventar un algoritmo «sensible» a los datos.